Colgaste en tu pecho llano

los sueños de felicidad.

Dejando atrás tus senderos

de azúcar, café y palmar.

Querubín que en vuelo blanco,

cruzaste el mar.

A tu espalda tu familia,

tu pasión, tu bienestar.

Bailando en son otros ritmos

Mil canciones has de cantar.

Otras lenguas que en principio

Aprendiste a combinar.

Cambiaste ropas, costumbres,

Para tu alma homologar.

Fueron otros los sabores

que encendieron tu paladar.

Hubo amigos que se fueron

de este mundo y dónde más.

Hubo noches de tristeza

y hubo días de soledad.

Tiempo al tiempo fue tu lema

y en el pecho la humedad,

del romance que congelas,

tu medalla más veraz.​

Y si alguien que al mirarte

piensa que eso es un pesar,

La proeza de lo hecho

tu razón absolverá.​

Porque el bien que trae tus manos

tu alegría devolverá,

Cada segundo de ausencia,

cada día sin hogar.

“Sonrisas para el amigo,

para un ángel que llegó

Y trajo la vida consigo

y también todo su amor.

Que cuando parte solo lleva

rostros agradecidos

y pedazos de corazón.”

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